Monte Perdido

Monte Perdido

sábado, 25 de octubre de 2025

La nueva censura

La búsqueda de la ignorancia del pueblo, censura de ideas a través de la quema de libros 

A lo largo de la historia, la quema de libros ha emergido como un fenómeno recurrente, manifestándose como una potente herramienta de censura y un intento por ejercer control sobre el conocimiento y las ideas. Este acto, que implica la destrucción deliberada mediante el fuego de libros y otros materiales escritos, se lleva a cabo usualmente en un contexto público y representa un elemento de censura que generalmente surge de una oposición cultural, religiosa o política hacia el contenido en cuestión. La destrucción pública de libros trasciende la mera eliminación de objetos físicos; constituye un acto simbólico de gran magnitud, diseñado para sofocar puntos de vista disidentes y fortalecer la ideología dominante. La motivación detrás de estas quemas, aunque diversa a lo largo de los periodos históricos, converge consistentemente en el deseo de preservar el poder, dirigir las narrativas y eliminar cualquier amenaza percibida al orden establecido. Ya sea la disidencia política en la antigua China, la herejía religiosa en la Europa medieval o la oposición ideológica en la Alemania nazi, el objetivo fundamental persiste: suprimir las ideas que desafían el statu quo.   

Nueva censura


La negación en la era de la información: paralelismos contemporáneos

Actualmente quienes quieren imponer la nueva censura parecía que lo tenían más difícil con la era de la información y las redes sociales, pero parece que han encontrado una nueva forma de represión a través de la difusión falsa  y supresión del conocimiento a través de la negación de los hechos establecidos utilizando precisamente internet y las redes sociales.

En la era de la información, la supresión del conocimiento y la manipulación de la verdad adoptan nuevas formas, pero los paralelismos con las históricas quemas de libros son sorprendentemente evidentes en fenómenos contemporáneos como el negacionismo antivacunas y del cambio climático, así como en la alteración de información digital por parte de la administración Trump.

El movimiento antivacunas, con sus argumentos centrales y su impacto en la salud pública, presenta similitudes notables con la histórica resistencia a nuevas ideas y la difusión de información errónea. Los argumentos principales de quienes niegan o dudan de las vacunas varían ampliamente, pero pueden clasificarse en razones religiosas, creencias personales o filosóficas, preocupaciones de seguridad (a menudo relacionadas con afirmaciones desacreditadas sobre el autismo y otras enfermedades), y un deseo de más información por parte de los proveedores de atención médica . Algunas creencias religiosas se oponen a ciertos componentes de las vacunas, como la gelatina de origen animal o el tejido fetal humano utilizado en algunas vacunas contra la rubéola. Persisten creencias personales de que la inmunidad natural es superior a la adquirida mediante la vacunación, o que las enfermedades prevenibles no son una amenaza significativa. Las preocupaciones sobre la seguridad, a menudo alimentadas por informes de los medios y redes sociales, incluyen el miedo a reacciones adversas a corto plazo y posibles efectos negativos a largo plazo. Teorías de conspiración sobre las vacunas COVID-19 promueven afirmaciones engañosas y sin fundamento, como que las vacunas pueden causar lesiones o la muerte, que se utilizan para controlar a la sociedad o despoblar la Tierra, y que alterarán el ADN de una persona. Al igual que los ejemplos históricos de oposición a nuevas ideas, el negacionismo antivacunas a menudo se basa en el miedo, la desinformación, las teorías de conspiración y la desconfianza hacia las autoridades establecidas (científicas y gubernamentales). Así como las históricas quemas de libros fueron alimentadas por temores de perturbación social o contaminación ideológica, el negacionismo prospera en las ansiedades sobre la salud, la autonomía personal y las agendas percibidas de instituciones poderosas.   

El impacto del movimiento antivacunas moderno, facilitado por Internet y las redes sociales, tiene un efecto negativo tangible en la salud pública al reducir las tasas de vacunación y contribuir al resurgimiento de enfermedades prevenibles. La Organización Mundial de la Salud ha nombrado al movimiento antivacunas como una de las 10 principales amenazas para la salud mundial. Este movimiento ha disminuido la fe pública en el gobierno y ha aumentado la desconfianza pública en los resultados científicos en el sector de la salud. La difusión de mitos y desinformación ha aumentado la vacilación ante las vacunas y ha alterado la política pública en torno a asuntos éticos, legales y médicos relacionados con las vacunas. Al igual que la quema de textos médicos podría haber obstaculizado el progreso médico en el pasado, el rechazo de las vacunas basado en información errónea conduce directamente a un aumento de la enfermedad y la mortalidad en las comunidades.   

negacionismo antivacunas

Negacionismo del cambio climático

El negacionismo del cambio climático presenta argumentos y un impacto social que también guarda paralelismos con la resistencia histórica al consenso científico y el papel de los intereses creados. Los argumentos centrales de quienes niegan o minimizan el cambio climático incluyen alegaciones de manipulación de datos de investigación, cuestionamiento de los principios de revisión por pares, afirmaciones de que el cambio climático es un engaño o un ciclo natural, y minimización del impacto humano. Los negacionistas a menudo propagan teorías de conspiración, sugiriendo que la crisis del cambio climático ha sido fabricada o, al menos, exagerada por grupos de interés que buscan controlar el poder político y económico. Algunos admiten que el clima está cambiando, pero niegan que los humanos sean la causa principal, presentando datos sobre los cambios de temperatura de la Tierra de hace cientos o incluso miles de años para respaldar su postura. Esta negación a menudo está vinculada a intereses económicos, particularmente aquellos relacionados con la industria de los combustibles fósiles, que coordinan campañas de relaciones públicas y apoyan a expertos que niegan que sus industrias hayan contribuido al daño de la salud pública. Al igual que la resistencia histórica a los avances científicos, el negacionismo del cambio climático a menudo implica el rechazo del consenso científico abrumador, la promoción de teorías alternativas (a menudo sin fundamento) y el ataque a la credibilidad de científicos e instituciones. Así como figuras como Galileo enfrentaron resistencia por desafiar las opiniones científicas establecidas, los científicos del clima son atacados por movimientos negacionistas que buscan socavar sus hallazgos y proteger intereses creados.   

El negacionismo del cambio climático tiene consecuencias sociales significativas al retrasar o impedir la acción necesaria para mitigar el calentamiento global, lo que podría conducir a graves repercusiones ambientales y sociales. Socava los esfuerzos para actuar sobre el cambio climático o para adaptarse a un clima cambiante. Al sembrar dudas sobre la realidad y la gravedad del cambio climático, los movimientos negacionistas obstaculizan los cambios en las políticas y las acciones individuales que son cruciales para abordar esta crisis mundial, lo que refleja cómo la supresión del conocimiento científico en el pasado podría haber estancado el progreso en otras áreas.   


negacionismo climático

La administración Trump también está llevando a cabo alteraciones y eliminaciones de información de sitios web gubernamentales, lo que puede interpretarse como una forma moderna de control de la información y potencial censura. Estas acciones han sido impulsadas por una agenda política e ideológica para eliminar información relacionada con la diversidad, la equidad, la inclusión (DEI), los derechos LGBTQ+ y el cambio climático. Directivas de la administración Trump han ordenado la depuración de sitios web gubernamentales. Esto ha resultado en la desaparición de miles de páginas web y conjuntos de datos, incluyendo información sobre vacunas, atención a veteranos, crímenes de odio e investigación científica. Se ha eliminado información sobre el cambio climático de los sitios web de la EPA, DHS y USDA. También se ha eliminado mucha información de salud pública, incluyendo guías sobre anticoncepción e información sobre el VIH para personas transgénero, creando "lagunas peligrosas" en la información científica. La administración busca restringir el acceso a información científica o poner en duda su veracidad, limitando así la comprensión pública de los problemas y reduciendo la posible oposición a los planes de la administración. Al igual que los regímenes históricos quemaron libros que contenían ideologías a las que se oponían, el ámbito digital permite la eliminación u ocultación de información considerada desfavorable por quienes están en el poder. Esto representa una forma moderna de control de la información.   

La eliminación de información de los sitios web gubernamentales tiene consecuencias significativas para el acceso público a datos vitales, la investigación científica, la transparencia y la capacidad de los ciudadanos y periodistas para comprender y examinar las acciones del gobierno. Alrededor de 8.000 páginas han  sido eliminadas de sitios web gubernamentales. Al igual que la destrucción de bibliotecas limitó el acceso a la información en el pasado, el borrado digital de datos gubernamentales dificulta la capacidad del público para mantenerse informado y participar en los procesos democráticos. Esto puede afectar desproporcionadamente a las comunidades marginadas que dependen de esta información.   

Lo que hay que ver, :) Donald truño pidiendo libertad de Expresión


Análisis comparativo: convergencias y divergencias

Un tema recurrente es el miedo a las ideas disidentes. Tanto las quemas de libros históricas como el negacionismo contemporáneo surgen de un temor a las ideas que desafían el orden establecido, ya sea político, religioso, ideológico o científico. La motivación subyacente en la supresión de información, tanto histórica como contemporánea, es a menudo la amenaza percibida que representan los puntos de vista alternativos para la autoridad y la cosmovisión de los actores involucrados. Ya sea el miedo a la rebelión contra un monarca, la herejía contra el dogma religioso o la perturbación de los intereses económicos por la acción climática, la supresión de información se considera una forma de mantener el control y evitar la propagación de ideas desafiantes.

Ambos fenómenos implican intentos de controlar narrativas. Tanto la quema de libros como el negacionismo y la manipulación digital involucran esfuerzos deliberados para controlar la narrativa dominante eliminando o desacreditando la información que contradice el mensaje deseado. Una similitud clave radica en la manipulación activa de la información para crear una narrativa específica que sirva a los intereses de la entidad supresora, ya sea mediante la destrucción de puntos de vista opuestos o la promoción de desinformación. Al controlar qué información está disponible y es creíble, quienes están en el poder pueden moldear la opinión pública y asegurar la aceptación de su versión de la realidad, ya sean eventos históricos, hallazgos científicos o normas sociales.

El papel de la ideología y los sistemas de creencias es fundamental. Fuertes convicciones ideológicas o basadas en creencias a menudo impulsan la supresión de información que entra en conflicto con esas convicciones. Tanto las quemas de libros históricas como el negacionismo contemporáneo son frecuentemente impulsados por creencias ideológicas profundamente arraigadas o cosmovisiones que se ven amenazadas por información contradictoria, lo que lleva a su rechazo o destrucción. Cuando la información choca con las creencias fundamentales, los individuos y los grupos pueden recurrir a la supresión o negación de esa información para proteger su cosmovisión y su sentido de identidad.

La supresión o distorsión de la información dificulta un discurso público informado y la capacidad de los ciudadanos para tomar decisiones racionales. Limitar el acceso a información precisa o promover la desinformación socava los cimientos de una democracia sana al impedir que los ciudadanos participen en un debate informado y tomen decisiones acertadas sobre cuestiones críticas. Una democracia que funcione bien se basa en una ciudadanía informada. Cuando se suprime o distorsiona la información, se compromete la capacidad de los individuos para participar de manera significativa en el discurso público.

Tanto las formas históricas como las contemporáneas de supresión de información pueden causar un daño social significativo, desde la pérdida del patrimonio cultural hasta la propagación de enfermedades prevenibles y el fracaso en abordar desafíos globales críticos. Las consecuencias de la supresión de información pueden ser graves, desde la pérdida cultural y la amnesia histórica hasta daños tangibles a la salud pública y el medio ambiente. Cuando se suprime o ignora información vital, las sociedades están mal equipadas para abordar los desafíos que enfrentan, lo que lleva a resultados potencialmente catastróficos.

Conclusiones: lucha por la verdad y el conocimiento

Resulta paradójico que sean los que dicen "fomentar" más la libertad y la supuesta libertad de expresión, sean precisamente los mismos que intentan censurar y sembrar la desinformación para hacer dudar al pueblo sobre conocimientos que ya estaban asentados.

El acceso libre a fuentes de información precisas y diversas es fundamental para una sociedad sana, una gobernanza democrática y el bienestar individual. La supresión de información, en cualquiera de sus formas, conlleva peligros inherentes que pueden socavar la confianza pública, obstaculizar el discurso informado y, en última instancia, causar un daño social significativo.

Para combatir la supresión de información y promover una cultura de pensamiento crítico y compromiso informado, se pueden implementar varias recomendaciones. Es crucial fomentar la alfabetización mediática para capacitar a las personas a evaluar críticamente la información e identificar la desinformación. Apoyar el periodismo independiente y basado en hechos es esencial para responsabilizar al poder y proporcionar información confiable. Es vital preservar los archivos digitales para salvaguardar los datos gubernamentales y otra información crítica de la eliminación por motivos políticos. Alentar la alfabetización científica es necesario para contrarrestar el negacionismo y promover la toma de decisiones basada en la evidencia. Finalmente, fomentar el diálogo abierto y el debate respetuoso entre diferentes puntos de vista, al tiempo que se desafía firmemente la información errónea con evidencia objetiva, es fundamental para mantener una sociedad informada y resiliente.


sábado, 27 de septiembre de 2025

Demasiado calor isoportable: Cómo el cambio climático podría hacer que algunos lugares sean demasiado calurosos para vivir

Los niveles extremos de estrés térmico se han más que duplicado en los últimos 40 años, con importantes implicaciones para la salud humana.

A medida que el clima de la Tierra se calienta, la incidencia de calor y humedad extremos aumenta, con importantes consecuencias para la salud humana. Los científicos del clima están monitoreando una medida clave del estrés térmico que puede advertirnos sobre condiciones perjudiciales.

¿Cuánto es demasiado calor?

A medida que el clima de la Tierra se calienta, las olas de calor se vuelven más frecuentes y severas. Los peligros para la salud del calor extremo preocupan cada vez más a científicos y expertos médicos. Y con razón: el estrés térmico es una de las principales causas de muerte relacionadas con el clima cada año. 

Los niveles extremos de estrés térmico se han más que duplicado en los últimos 40 años. Se prevé que esta tendencia continúe, Los meteorólogos utilizan diferentes herramientas para evaluar el potencial de estrés térmico. De hecho, las mediciones de estrés térmico ocupan un lugar destacado en el informe meteorológico diario. Además de los pronósticos de temperatura y humedad relativa, se incluye el índice de calor o temperatura aparente. El índice de calor mide la sensación corporal al considerar la humedad relativa. El índice de calor refleja la incomodidad que sentimos cuando hace calor y hay humedad.

Dado que el índice de calor requiere calibración, es una medida algo subjetiva. De hecho, cada país utiliza diferentes versiones. Por esta razón, los científicos que realizan estudios climáticos globales están considerando cada vez más otra medida de estrés térmico llamada temperatura de bulbo húmedo.

La temperatura de bulbo húmedo es la temperatura más baja a la que un objeto puede enfriarse cuando se evapora la humedad. Cuanto más baja sea la temperatura de bulbo húmedo, más fácil nos resulta enfriarnos. Mide la eficacia con la que nuestro cuerpo se enfría mediante la sudoración cuando hace calor y humedad, y nos indica si las condiciones pueden ser perjudiciales para la salud o incluso mortales.

Tanto la temperatura de bulbo húmedo como el índice de calor se calculan utilizando datos sobre la temperatura y la humedad del aire, los dos factores más importantes que afectan al estrés térmico. Sin embargo, la temperatura de bulbo húmedo se mide con una técnica diferente.

Originalmente, se medía envolviendo un paño húmedo alrededor del bulbo de un termómetro y exponiéndolo al aire. A medida que el agua se evaporaba del paño, el termómetro registraba el descenso de la temperatura. Cuanto mayor era la humedad relativa, menos humedad se evaporaba antes de que el bulbo y el aire circundante alcanzaran la misma temperatura. Hoy en día, la temperatura de bulbo húmedo se calcula generalmente mediante mediciones de instrumentos electrónicos en estaciones meteorológicas.

La temperatura de bulbo húmedo más alta que los humanos pueden soportar expuestos a la intemperie durante al menos seis horas es de aproximadamente 35 ºC.

 

Tabla de valores de sensación de temperatura en función de la temperatura y la humedad (AEMET) 

Las temperaturas de bulbo húmedo están aumentando en todo el mundo, y el clima de la Tierra ha comenzado a superar este límite. Desde 2005, se han registrado valores de temperatura de bulbo húmedo superiores a 35ºC durante breves periodos en nueve ocasiones distintas en algunas zonas subtropicales como Pakistán y el Golfo Pérsico.  

Su frecuencia también parece ser cada vez mayor. Además, la incidencia de valores de temperatura de bulbo húmedo ligeramente inferiores, en el rango de 32 a 35 ºC, se ha más que triplicado en los 40 años.

Tendencia en el recuento global de casos registrados de lecturas de temperatura de bulbo húmedo superiores a 27ºC
Tendencia en el recuento global de casos registrados de lecturas de temperatura de bulbo húmedo superiores a 27ºC, a partir de dos fuentes: estaciones meteorológicas (eje derecho, línea negra) y un producto de reanálisis cuadriculado (eje izquierdo, línea gris). Las líneas discontinuas son regresiones que muestran la tendencia de cada serie temporal.

Los resultados tienen importantes implicaciones. Cuanto más calor hace, mayor es el esfuerzo que sentimos y más necesitamos sudar para refrescarnos. Sin embargo, el aire húmedo tiene menos capacidad para retener humedad, por lo que el agua se evapora más lentamente en condiciones de humedad.


 

lugares que experimentaron calor extremo y los niveles de humedad brevemente (el 0,1 % más alto de las temperaturas máximas diarias de bulbo húmedo)

Este mapa muestra lugares que experimentaron calor extremo y los niveles de humedad brevemente (el 0,1 % más alto de las temperaturas máximas diarias de bulbo húmedo) de 1979 a 2017. Los colores más oscuros muestran combinaciones más severas de calor y humedad. Algunas áreas ya han experimentado condiciones cercanas al límite de supervivencia humana de 35 °C.

Piensa en cuando sales de una ducha caliente. El agua se evapora de tu cuerpo y te sientes más fresco. Pero si hace calor o hay humedad (o ambos) en la habitación, es más difícil sentirte fresco. Esta sensación se relaciona directamente con lo que mide la temperatura de bulbo húmedo.

Mientras la temperatura de bulbo húmedo esté muy por debajo de la temperatura de tu piel, tu cuerpo puede liberar calor al entorno a través de la radiación y la sudoración. Pero a medida que la temperatura de bulbo húmedo se acerca a tu temperatura central, pierdes la capacidad de enfriarte. Esto desencadena cambios en tu cuerpo. Te deshidratas. Tus órganos se estresan, especialmente tu corazón. La sangre se precipita a la piel para intentar liberar calor, privando de nutrientes a los órganos internos. Los resultados pueden ser mortales.

Una vez que la temperatura de bulbo húmedo supera los 35ºC, ninguna cantidad de sudoración u otro comportamiento adaptativo es suficiente para reducir el cuerpo a una temperatura operativa segura. La mayoría de las veces no es un problema, porque la temperatura de bulbo húmedo suele estar entre 5 y 10 grados Celsius por debajo de la temperatura corporal, incluso en lugares cálidos y húmedos.

De hecho, si la humedad es baja, las temperaturas extremas son tolerables. Si estás sentado a la sombra con agua potable ilimitada en el Valle de la Muerte de California, las condiciones pueden no ser agradables, pero se puede sobrevivir. Pero en regiones húmedas, una vez que se alcanzan temperaturas de bulbo húmedo de 34 a 36ºC, no importa lo que se esté haciendo. No se puede sobrevivir durante largos periodos de tiempo.

Entre las personas más susceptibles a las altas temperaturas de bulbo húmedo se encuentran las personas mayores, quienes trabajan al aire libre y quienes tienen problemas de salud subyacentes. Quienes no tienen acceso a aire acondicionado también son vulnerables. El aire acondicionado elimina la humedad del aire y es la mejor solución cuando las temperaturas de bulbo húmedo son demasiado altas. Los ventiladores pueden ayudar a que el sudor se evapore de forma más eficiente, pero son menos efectivos. Las personas mueren de estrés térmico a temperaturas de bulbo húmedo mucho menores de 35ºC. 

Futuros puntos calientes

Es difícil predecir cuándo podríamos ver temperaturas globales de bulbo húmedo superando regularmente los 35ºC. Esto se debe a que se trata de un proceso complejo que ocurre gradualmente y se desarrolla de forma diferente en cada lugar. Sin embargo, los modelos climáticos indican que es probable que ciertas regiones superen esas temperaturas en los próximos 30 a 50 años. Las zonas más vulnerables incluyen el sur de Asia, el Golfo Pérsico y el Mar Rojo hacia 2050; y el este de China, partes del Sudeste Asiático y Brasil hacia 2070.

sábado, 30 de agosto de 2025

Ralentización simulada de la Circulación de Vuelco Meridional Antártica debido a la Escorrentía de Agua de Fusión


Esto es una traducción al castellano adaptada de este artículo, los que no quieran leerse todo el artículo, es un poco largo y farragoso, pueden leerse solo el resumen:

Resumen

La Corriente Circumpolar Antártica (CCA) es una corriente oceánica vital que conecta las principales cuencas oceánicas y tiene un papel desproporcionado en el sistema climático global. Es la corriente oceánica con mayor caudal del mundo, con un transporte observado de aproximadamente 173 Sverdrups (1 Sverdrups = 1.000.000 m³/s). La CCA ha experimentado importantes variaciones en intensidad en climas pasados, pero los factores que impulsan estos cambios son difíciles de determinar. Los modelos oceánicos anteriores han tenido problemas para analizar los procesos a pequeña escala que controlan su intensidad. Un estudio reciente utiliza un nuevo modelo global de hielo-océano para explorar cómo el deshielo antártico y el calentamiento proyectado afectarán el transporte de la CCA en el Océano Austral.

El Océano Austral está experimentando un rápido cambio, con la capa de hielo antártica perdiendo masa y liberando grandes cantidades de agua dulce. La extensión del hielo marino disminuyó drásticamente después de 2016 y alcanzó su valor más bajo registrado en 2023. El deshielo de las plataformas de hielo alrededor de la Antártida se exporta a latitudes más bajas a través del Agua Intermedia Antártica (AAIW). Este proceso debilita la estratificación de la densidad zonal, lo que provoca la desaceleración de las corrientes zonales subsuperficiales y una posible ralentización de la CCA. Los cambios en la formación y el deshielo del hielo marino están relacionados con la formación del Agua de Fondo Antártica (AABW). La formación del AABW en el Mar de Weddell se ha reducido un 30% desde 1992, en parte como resultado de los cambios en los vientos y el deshielo.

Las simulaciones indican que, en un escenario de altas emisiones, la intensidad de la CCA podría disminuir aproximadamente un 20% para 2050. Esta disminución del transporte se debe al deshielo que genera una reducción en el transporte zonal y de la CCA. Se ha proyectado que el AABW podría disminuir en un 42% para 2050 debido a una constante perturbación por el deshielo. La disminución de la densidad en la columna de agua se debe a una combinación de factores, incluido el enfriamiento polar causado por el deshielo, la salinización de las capas subsuperficiales antárticas y el calentamiento en la mayoría de las regiones oceánicas. Este proceso hace que el gradiente de densidad meridional del océano profundo sea menos pronunciado, lo que debilita el ACC.

Los resultados de las simulaciones muestran una disminución del transporte zonal, así como un aumento del transporte zonal hacia el oeste en el talud continental antártico, lo que fortalece la Corriente del Talud Antártico. En el resto del Océano Austral, el transporte hacia el este disminuye, lo que indica una reducción general de la ACC. Un gráfico muestra una disminución del 20% en el transporte del ACC a través del Pasaje de Drake en cuatro décadas, lo que corresponde a una tasa de 5 Sv/década. Las simulaciones también revelan que el transporte de la CCA prácticamente no cambia cuando el modelo se ve forzado únicamente por las variaciones previstas en los vientos y la temperatura, lo que subraya el papel fundamental del deshielo. La reducción de la CCA podría tener un impacto de gran alcance en el clima global, la distribución del calor oceánico y los ecosistemas marinos.

Introducción

La Corriente Circumpolar Antártica (CCA) es la corriente oceánica más potente del mundo y desempeña un papel desproporcionado en el sistema climático debido a su función como unión para las principales cuencas oceánicas. Este sistema de corrientes está vinculado a la circulación vertical oceánica y, por lo tanto, es fundamental para la absorción de calor y CO2 en el océano. La intensidad de la CCA ha variado sustancialmente entre climas cálidos y fríos en el pasado de la Tierra, pero los factores dinámicos exactos de este cambio siguen siendo difíciles de determinar. Esto se debe, en parte, a que los modelos oceánicos históricamente no han podido analizar adecuadamente los procesos a pequeña escala que controlan la intensidad de la corriente.

Según una simulación, hacia 2050, la intensidad de la CCA disminuirá aproximadamente un 20 % en un escenario de altas emisiones. Esta disminución se debe al agua de deshielo de las plataformas de hielo alrededor de la Antártida, que se exporta a latitudes más bajas a través del Agua Intermedia Antártica. Este proceso debilita la estratificación de la densidad zonal, históricamente sustentada por los gradientes de temperatura superficial, lo que resulta en una desaceleración de las corrientes zonales subsuperficiales. Esta disminución del transporte, de materializarse, tendría importantes implicaciones en la circulación oceánica global.

 

velocidad superficial del agua del océano austral

Figura 1. Instantánea de la velocidad superficial del agua del océano austral. Se muestra la velocidad superficial promedio diaria del 31 de diciembre de 1990 en el ciclo final de una simulación.

El Océano Austral se encuentra en un estado de rápido cambio

Las observaciones satelitales revelan que la capa de hielo antártica está perdiendo masa a un ritmo acelerado, liberando grandes cantidades de agua dulce al océano a lo largo de la costa antártica. La extensión del hielo marino, que aumentó ligeramente hasta 2016, ha disminuido rápidamente desde entonces. En 2023, la extensión del hielo marino descendió a su valor más bajo desde la llegada de las observaciones satelitales. Los cambios en la formación y el derretimiento del hielo marino están vinculados a la formación del Agua de Fondo Antártica (AABW), que favorece la absorción de calor y carbono de la atmósfera hacia las profundidades oceánicas y representa entre el 30% y el 40% del volumen de agua de fondo oceánico global generada. Investigaciones anteriores han demostrado que la formación de AABW en el mar de Weddell se ha reducido en un 30% desde 1992 como resultado de los cambios en los vientos y el derretimiento del hielo. Una de las preguntas más urgentes que surgen de estos cambios observados en el océano Austral es cómo responderá la Corriente Circumpolar Antártica (ACC). La ACC tiene un transporte observado de aproximadamente 173 Sverdrups (1 Sverdrups = 1.000.000 m³/s), lo que la convierte en la corriente oceánica más caudalosa del mundo. La ACC es la única corriente que rodea el planeta sin cruzar fronteras continentales y también sustenta la circulación de retorno a escala global entre las tres principales cuencas oceánicas. El transporte de la ACC está limitado por el equilibrio geostrófico debido a la relación entre los vientos térmicos, que es función de la distribución de la densidad meridional y vertical en todo el Océano Antártico. La configuración de estas capas de densidad está sujeta a alteraciones por los vientos superficiales, así como por los intercambios de salinidad y temperatura en la superficie, los cuales están sujetos a cambios rápidos debido al cambio climático en curso. Los vientos dominantes del oeste, un rasgo característico del Océano Antártico, inducen un transporte de Ekman hacia el norte que tiende a intensificar la inclinación de las capas de densidad, aumentando el gradiente de densidad meridional variable según la profundidad. Sin embargo, este proceso se ve contrarrestado por el aumento de los remolinos baroclínicos y la mezcla, que, en conjunto, moderan el gradiente de densidad meridional y compensan el transporte. Por otro lado, la respuesta de la ACC a las variaciones en la distribución de la flotabilidad superficial (es decir, los flujos de calor o agua dulce) también es importante y se ha visto influenciada por cambios climáticos pasados.

 

Transporte zonal en simulaciones del modelo

Figura 2. Transporte zonal en simulaciones del modelo. (a) Transporte zonal de media temporal e integración vertical en la simulación de repetición forzada anual  (promediado durante los últimos diez años de la simulación), (b) transporte zonal de media temporal e integración vertical en la simulación de perturbación futura, promediado durante el período 2040-2050, y (c) diferencia en el transporte zonal entre la perturbación futura y la simulación forzada anual. (d) Transporte ACC promediado anualmente (definido por la máscara de altura de la superficie del mar (línea negra discontinua en (a)-(c)) a través del Pasaje de Drake en la simulación de perturbación futura (línea azul), la perturbación futura sin agua de deshielo (línea roja) y transporte de media temporal en la simulación (línea negra continua; promediado durante los últimos diez años de la simulación). Las líneas grises en los paneles (a)–(c) muestran las ubicaciones del Pasaje de Drake utilizadas para el diagnóstico de transporte en el panel (d).

La ACC también está vinculada a la formación de AABW a lo largo de los márgenes antárticos. Simulaciones numéricas directas con resolución de turbulencia y simulaciones idealizadas con un modelo de remolinos han demostrado que la convección alrededor del continente antártico, que alimenta la AABW sin necesidad de forzamiento del viento, podría generar una corriente circumpolar similar a la ACC. Esto concuerda con un estudio de caso idealizado a partir de un modelo de gravedad reducida, donde el inicio de la formación de la AABW conlleva un gran aumento del transporte zonal. Estos resultados sugieren que un cambio en la convección alrededor de la Antártida, estrechamente vinculado a la producción de agua de deshielo y hielo marino alrededor del continente antártico, podría modificar directamente la ACC. En las últimas décadas, se ha observado una disminución en la formación de la AABW, y el enfriamiento por agua de deshielo glacial ha desempeñado un papel clave en la reducción de la convección que alimenta la formación de la AABW. Un reciente modelo de alta resolución encontró que el AABW podría disminuir en un 42 % para 2050 en respuesta a una perturbación constante del agua de deshielo. Si se establece el vínculo entre la formación del AABW y el transporte eólico térmico es evidente en el océano real, lo que sugeriría que la ACC experimentará una disminución de su intensidad a largo plazo. Sin embargo, hasta la fecha no se ha realizado ningún estudio sobre el impacto de las constantes perturbaciones del agua de deshielo en la ACC. Una evaluación exhaustiva de las observaciones históricas y los modelos climáticos realizada recientemente, reveló que el transporte zonal en el Océano Austral se ha acelerado en las últimas décadas. Esta aceleración se ha atribuido hasta ahora a un aumento de los gradientes de temperatura meridionales en la región y se limita a una banda relativamente estrecha centrada en 52° S. Sin embargo, las simulaciones no incluyen los flujos de agua de deshielo de las plataformas de hielo, por lo que no incluyen el impacto de dichos flujos de agua dulce en la dinámica del Océano Austral. Las simulaciones tienen una resolución relativamente baja, de 1 grado de resolución horizontal, por lo que no capturan adecuadamente los remolinos de submesoescala. Además, el transporte de la CCA a través del Pasaje de Drake se ha mantenido sin cambios entre 2005 y 2019, lo que sugiere que la aceleración del transporte zonal observada  no ha influido en la CCA en el Pasaje de Drake. Por lo tanto, aún se desconoce cómo el aumento del derretimiento de las plataformas de hielo, que transportará grandes volúmenes de agua dulce al Océano Austral, afectará la reciente aceleración del transporte zonal o la relativamente estable CCA en el futuro.

Para explorar esta cuestión, se ha utilizado un nuevo modelo global de hielo-océano con resolución de remolinos, pionero en su tipo, forzado con flujos de agua de deshielo, para explorar el impacto del derretimiento y el calentamiento proyectados en el transporte de la CCA en el Océano Austral. En este modelo, el calentamiento superficial se ve rápidamente eclipsado por el enfriamiento polar debido al derretimiento del hielo en el Océano Austral. El agua de deshielo superficial se transporta hacia el norte a través de los patrones de circulación predominantes, lo que provoca una desaceleración del transporte zonal subacuático. En estas simulaciones, se proyecta que la ACC se desacelerará aproximadamente un 20% para 2050 en un escenario de altas emisiones.

 

propiedades de temperatura, salinidad y densidad del Océano Antártico en el conjunto de simulaciones realizadas

Figura 3. Resumen de las propiedades de temperatura, salinidad y densidad del Océano Antártico en el conjunto de simulaciones realizadas. Promedio temporal de la superficie (líneas rojas) y promedio de la profundidad (líneas negras): (a) salinidad, (b) temperatura y (c) densidad en las simulaciones  (líneas discontinuas) y de perturbación futura (líneas continuas). Cambio en la salinidad superficial (líneas rojas) y promedio de la profundidad (líneas negras): (d) salinidad, (e) temperatura y (f) densidad (promedio temporal durante los últimos diez años de simulación) y la simulación de perturbación futura (promedio temporal entre 2040 y 2050). Cambio promediado zonalmente en (g) salinidad, (h) temperatura e (i) densidad entre el promedio y la simulación de perturbación futura.

Resultados

Se han evaluado los cambios en el transporte zonal en tres simulaciones: una simulación climática neutral y dos simulaciones de perturbaciones futuras.

Dada la resolución horizontal relativamente alta del modelo, estas simulaciones capturan múltiples escalas de procesos oceánicos, desde remolinos de pequeña escala cerca de la costa antártica hasta chorros y frentes de gran escala que caracterizan la ACC. La amplia gama de dinámicas capturadas por el modelo 1 se muestra en la instantánea de la velocidad superficial en la figura 1.

El conjunto de simulaciones revela una disminución a largo plazo del transporte zonal (como se muestra en la figura 2). Comprender la causa de esta tendencia descendente es importante para predecir cambios climáticos y oceánicos más amplios. El patrón de transporte zonal promedio en la simulación de la Corriente Forzada de Repetición Anual (RYF) muestra una fuerte serie circumpolar de chorros que componen la ACC (figura 2(a)). Durante los últimos diez años de la simulación RYF, el transporte zonal a través del Pasaje de Drake es de 113 Sv (línea negra continua en la figura 2(d)).

En contraste con la simulación RYF, la simulación de perturbación futura (promediada durante la década de 2040 a 2050) muestra cambios importantes en el transporte zonal en diferentes partes del Océano Austral. Se observa un aumento en el transporte zonal hacia el oeste (color azul) sobre el talud continental antártico, en consonancia con la ubicación de la Corriente del Talud Antártico en este modelo (figura 2(b)). Este fortalecimiento de la Corriente del Talud Antártico se ha reportado previamente en una configuración de perturbación de agua de deshielo más idealizada con el mismo modelo y un modelo acoplado de plataforma de hielo-hielo marino-océano. En el resto del Océano Austral, el transporte hacia el este ha disminuido en general, lo que indica una disminución de la ACC y del transporte zonal. Esta disminución también es visible en el transporte de la ACC integrado verticalmente en la figura 2(d), con una disminución aproximada del 20% a lo largo de cuatro décadas en el Pasaje de Drake, a una tasa de 5 Sv/década.

La perturbación futura sin simulación de agua de deshielo muestra que esta disminución de la ACC y del transporte zonal se debe enteramente a la producción de agua de deshielo alrededor de la Antártida (compárense las líneas roja y azul en la figura 2(d)). Cuando el modelo se ve forzado únicamente por los cambios proyectados en los vientos y la temperatura, el transporte de la ACC permanece prácticamente sin cambios. En el modelo analizado aquí, las proyecciones futuras del agua de deshielo antártica compensan rápidamente cualquier aceleración provocada por el calentamiento, lo que indica un cambio en la dinámica que controla el transporte en el Océano Austral.

El transporte zonal en el Océano Austral se sustenta en los perfiles de densidad y estratificación de la columna de agua. Para comprender la pronunciada caída del transporte zonal en las ejecuciones de perturbación, es esencial comprender los cambios en los perfiles meridionales y verticales de temperatura, salinidad y densidad. Existe un gradiente meridional promediado zonalmente de dulce a salado, de frío a cálido y denso a ligero en la superficie del Océano Austral (líneas rojas en las figuras 3(a)-(c)). Sin embargo, en un sentido promediado en profundidad, el gradiente de salinidad se invierte (líneas negras en la figura 3(a)), debido a la inclusión de las aguas profundas circumpolares subsuperficiales, más saladas, a lo largo de los márgenes antárticos, y el agua dulce subducida en las aguas antárticas más al norte.

No obstante, el gradiente meridional medio de densidad en el Océano Austral presenta agua densa en el sur y agua más ligera en el norte.

El cambio en este gradiente medio revela la causa raíz de la disminución del transporte zonal (figuras 3(d)-(i)). La salinidad de la superficie del mar disminuye a lo largo de los márgenes antárticos (latitudes al sur de 65° S), y hay un mayor enfriamiento en las latitudes subpolares. (latitudes al norte de 65° S) consistente con la subducción del Agua Intermedia Antártica (AAIW). En latitudes subpolares profundas, existe una ligera tendencia al aumento de la salinidad. El campo de temperatura, por otro lado, generalmente se calienta en la mayoría de las regiones del océano, con aumentos sustanciales observados, en particular, alrededor de los márgenes antárticos. El aumento de temperatura alrededor de los márgenes antárticos no se observa en la futura perturbación sin simulación de agua de deshielo (no se muestra), lo que implica que el calentamiento de los márgenes antárticos en este caso es un fenómeno impulsado por el agua de deshielo. El impacto neto de este enfriamiento y calentamiento espacialmente heterogéneo es una disminución neta de toda la columna de agua, como se muestra en las figuras 3(f) e (i). La salinización subsuperficial de los márgenes antárticos se ve contrarrestada eficazmente por la señal de calentamiento en la zona, lo que provoca una pérdida de densidad en los márgenes. Más al norte, el calentamiento de la capa mixta y el enfriamiento de las aguas antárticas se combinan para aligerar el océano subsuperficial (figura 3(i)). Estos cambios de temperatura y salinidad tienen repercusiones significativas en la estratificación general, lo que puede influir en la ACC y el transporte zonal.

Este aumento de la estratificación de arriba a abajo es Atribuido principalmente a la acumulación de agua dulce cerca del margen antártico y al calentamiento del subsuelo en las latitudes subpolares. 

Estos resultados muestran que el transporte integrado zonal y de la ACC disminuye en respuesta al derretimiento y desprendimiento del hielo polar.

Al visualizar el transporte integrado zonal y en profundidad (figura 4), se ven las regiones donde el cambio en el transporte es mayor y los cambios en la estratificación que provoca esta disminución. En la perturbación futura sin simulaciones de agua de deshielo, hay un cambio insignificante en el transporte integrado en profundidad al sur de los 55° S, y un aumento en la velocidad zonal al norte de los 55° S (es decir, al norte de las latitudes del Pasaje de Drake). También hay un cambio mínimo en la densidad, ya que Esto se indica mediante las líneas isopicnas en la figura 4(c). Por otro lado, la futura serie de perturbaciones presenta cambios sustanciales en la densidad tanto en los márgenes antárticos como en las latitudes subpolares (incluidas las latitudes del Pasaje de Drake). La disminución general de la densidad (comparada con las líneas rojas y negras en la figura 4(d)) es coherente con la pérdida de densidad de la columna de agua que se muestra en la figura 3(i). Se observa un aumento de la pendiente de las isopicnas en los márgenes antárticos (es decir, una pendiente cada vez más negativa), en comparación con un aplanamiento de las isopicnas más al norte.

El componente geostrófico del flujo zonal (mostrado en las figuras 4(a), (b), (e) y (f)) muestra el impacto relativo de los cambios en la cizalladura geostrófica en el transporte zonal. En general, el transporte geostrófico imita en gran medida el cambio real en el transporte fuera de las regiones de corrientes de pendiente (es decir, fuera de la región entre 70° S y 65° S), particularmente en la simulación futura (figura 4(b)). Esto sugiere que la reducción en el componente este del transporte se debe a la disminución de la cizalladura geostrófica, como lo demuestra el aplanamiento de las isopicnas en esa zona. Cabe destacar que el flujo geostrófico es menor que el transporte real debido a la suposición necesaria de que 4000 dbar representan un nivel sin movimiento. Por lo tanto, esperamos que la magnitud del flujo geostrófico sea menor, ya que no alcanza algunos flujos límite moderados por debajo de los 5000 m.

 

Cambio del transporte zonal entre las simulaciones RYF y de perturbaciones futuras

Figura 4. Cambio del transporte zonal entre las simulaciones RYF y de perturbaciones futuras. (a) Cambio del transporte zonal integrado en profundidad en la simulación de perturbaciones futuras (sin agua de deshielo), (b) Cambio del transporte zonal integrado en profundidad en la simulación de perturbaciones futuras, (c) Cambio del transporte zonal integrado zonalmente en la simulación de perturbaciones futuras (sin agua de deshielo) y (d) Cambio del transporte zonal integrado zonalmente en la simulación de perturbaciones futuras. (e) Cambio del transporte geostrófico integrado zonalmente en la simulación de perturbaciones futuras (sin agua de deshielo) y (f) Cambio del transporte geostrófico integrado zonalmente en la simulación de perturbaciones futuras. Las curvas de nivel rojas y negras en los paneles (c) y (f) muestran las densidades medias temporales seleccionadas en las simulaciones RYF (negra) y futuras (roja).

Discusión

El debilitamiento observado de la CCA en la simulación de perturbaciones futuras es un hallazgo crucial con implicaciones significativas para la comprensión de los cambios oceánicos y climáticos futuros. La reducción de la CCA y del transporte zonal, de aproximadamente un 20% a lo largo de cuatro décadas, sugiere una reconfiguración sustancial de la dinámica del Océano Austral. Este cambio en la CCA, uno de los principales sistemas de corrientes del planeta, podría tener impactos de gran alcance en los patrones climáticos globales, la distribución del calor oceánico y los ecosistemas marinos. El endulzamiento de las aguas superficiales y subterráneas, en particular alrededor de los márgenes antárticos, y la salinización de las capas oceánicas más profundas, pone de relieve las alteraciones en la estructura termohalina del océano que podrían estar en curso. La señal de calentamiento observada en la mayoría de los lugares, especialmente alrededor de los márgenes antárticos, coincide con las expectativas generales de calentamiento oceánico futuro. El esquema de la figura 5 resume la interacción entre la subducción, la estratificación y el transporte zonal que explica los cambios en la ACC en las simulaciones de perturbaciones futuras. Dos cambios principales en la circulación de subducción son la disminución del AABW y el endulzamiento del AAIW debido al derretimiento del hielo. Estos cambios impactan la columna de agua cerca de los márgenes antárticos: se observa un aumento del contenido de agua dulce y la estratificación en la capa superior del océano, y una reducción de la convección profunda, lo que reduce aún más el transporte de agua fría y dulce al abismo. En consecuencia, cerca de los márgenes antárticos, la capa superior del océano pierde densidad debido al endulzamiento, mientras que la capa profunda del océano pierde densidad principalmente debido al calentamiento del océano (a pesar del ligero aumento de la salinidad en esa zona). Más al norte, la capa superior y la capa profunda del océano se calientan considerablemente, lo que aligera aún más la columna de agua. En la capa superior del océano, el efecto neto de estos cambios en la columna de agua es un aumento del gradiente de densidad meridional, lo que impulsa una aceleración de la ACC en la capa superior del océano a través del equilibrio térmico del viento. Sin embargo, el océano profundo experimenta un enfriamiento (subducido por el AAIW), que compensa el enfriamiento profundo y produce un cambio de densidad insignificante. Como resultado, el gradiente de densidad vertical del océano profundo se vuelve menos profundo, junto con un debilitamiento del gradiente de densidad meridional, lo que impulsa una desaceleración de la ACC a través del equilibrio térmico del viento. El efecto neto del fortalecimiento del ACC en la capa superior del océano y el debilitamiento del ACC en el océano profundo es una reducción general del transporte zonal y de la ACC. El mecanismo en la figura 5 destaca los complejos procesos que interactúan para impulsar una desaceleración de la ACC y del transporte zonal. Si asumimos que la compleja relación Si bien la relación entre los flujos de agua de deshielo y la intensidad del ACC ilustrada aquí se mantiene independientemente de los escenarios de emisiones, podemos predecir una futura disminución de la intensidad de la ACC, cuya magnitud se desconoce.

 

Esquema de la evolución del transporte zonal en el Océano Antártico y su relación con la inversión y la estratificación oceánicas

Figura 5. Esquema de la evolución del transporte zonal en el Océano Antártico y su relación con la inversión y la estratificación oceánicas. Los cambios en la masa de agua se deben al rápido endulzamiento de los márgenes antárticos y al calentamiento futuro de la mayor parte de la columna de agua.

El endulzamiento/salinización y el calentamiento/enfriamiento se muestran mediante parches de color verde claro/oscuro y rojo/azul claro, respectivamente. Las flechas muestran el transporte en el experimento RYF y de perturbaciones futuras, y las flechas curvas marcan los cambios en la convección profunda. Las isosuperficies de densidad en el experimento RYF y de perturbaciones futuras se muestran en azul claro y azul oscuro, respectivamente.

Cabe destacar que las simulaciones exploradas en este estudio presentan algunas salvedades importantes. En primer lugar, el modelo océano-hielo marino analizado no está acoplado a un modelo atmosférico o de manto de hielo. En consecuencia, podrían faltar retroalimentaciones clave.

Investigaciones anteriores han demostrado que las anomalías de la temperatura superficial del mar en el Pacífico Sur afectan significativamente la retroalimentación de las nubes, lo que a su vez puede modificar la dinámica del Océano Austral. Además, la inclusión de las cavidades de la plataforma de hielo puede diluir los flujos de agua dulce a medida que las columnas de agua de deshielo se mezclan con las aguas subterráneas en su camino hacia la superficie del océano. El retroceso de la plataforma de hielo también puede precipitar el colapso del manto de hielo debido a la falta de soporte, lo que altera significativamente los flujos de agua de deshielo alrededor de la Antártida. 


sábado, 26 de julio de 2025

Cambio climático abrupto III ¿Cuál es el registro de cambios pasados en las capas de hielo y el nivel global del mar?

Reconstrucción de cambios pasados en las capas de hielo

Existen varios métodos para reconstruir cambios pasados en el área y la masa de las capas de hielo, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. Los registros terrestres proporcionan información sobre la extensión anterior de las capas de hielo, lo que permite registrar la estabilización temporal de un margen de hielo mediante la acumulación de sedimentos (morrena) que puede datarse mediante métodos isotópicos. Estos registros son importantes para identificar la última extensión máxima y el historial de retroceso de una capa de hielo, pero la mayoría de los registros terrestres de glaciación anteriores al Último Máximo Glacial (LGM), hace unos 21.000 años, han sido borrados por la erosión, lo que limita su aplicación a períodos posteriores al LGM. Además, en la mayoría de los casos solo proporcionan información sobre la extensión, pero no sobre el espesor, por lo que estos registros no necesariamente reflejan grandes cambios potenciales en el volumen.

La aplicación de esta estrategia al retroceso de la Capa de Hielo de la Antártida Occidental (WAIS) desde su posición LGM proporciona un contexto importante para comprender la dinámica actual del hielo. Se dató  la recesión de la línea de base de la WAIS en la bahía del Mar de Ross y se descubrió que el retroceso moderno de la línea de base forma parte de una recesión en curso que ha estado ocurriendo durante los últimos ~9.000 años.  El adelgazamiento de la capa de hielo podría aún estar en curso. Estos resultados son importantes no solo para establecer restricciones sobre los cambios a largo plazo con los que evaluar los controles a corto plazo sobre el cambio en la capa de hielo, sino también para proporcionar puntos de referencia importantes para modelar la evolución de la capa de hielo. Sin embargo, la cobertura espacial de estos datos de la Antártida sigue siendo limitada.

Otra estrategia para evaluar la historia pasada de la capa de hielo se basa en el hecho de que el peso de las capas de hielo produce una compensación isostática de la Tierra sólida subyacente, generalmente conocida como ajuste isostático glacial (AIG). Los cambios en la masa de la capa de hielo causan movimientos verticales que pueden registrarse a lo largo de la costa, donde el nivel global del mar sirve como referencia. Dado que los cambios en la masa de hielo también causarán cambios en el nivel del mar local (debido a la gravedad) y global (debido al volumen), los cambios en el nivel del mar en una costa particular registran la diferencia entre los movimientos verticales de la tierra y el mar.

Reconstrucción del nivel del mar pasado

Los cambios del nivel del mar que se producen localmente, debido a la elevación o subsidencia regional, en relación con el nivel del mar global se denominan cambios del nivel del mar relativo (RSL), mientras que los cambios que se producen globalmente se denominan cambios eustáticos. En escalas de tiempo superiores a 100.000 años, los cambios eustáticos se producen principalmente por cambios en el volumen de las cuencas oceánicas inducidos por variaciones en la tasa de expansión del fondo marino. En escalas de tiempo más cortas, los cambios eustáticos se producen principalmente por cambios en el volumen de hielo, con contribuciones secundarias (del orden de 1 m) asociadas con cambios en la temperatura o la salinidad del océano (cambios estéricos). Los cambios en el volumen global de hielo también causan cambios globales en la RSL en respuesta a la redistribución de masa entre la tierra y el mar y la consiguiente compensación isostática y reequilibrio gravitacional. Este proceso de AIG debe tenerse en cuenta. Se considera importante determinar los cambios eustáticos a partir de registros geomórficos del nivel del mar anterior. Dado que los efectos del proceso AIG disminuyen con la distancia a las zonas de glaciación anterior, los registros RSL de sitios de campo lejano proporcionan una aproximación cercana a los cambios eustáticos.

 

Subida nivel del mar último interglaciar

Figura 1 (a) Registro del cambio del nivel del mar durante los últimos 130.000 años. La línea azul gruesa corresponde a la reconstrucción a partir de registros de δ⁻⁴O de núcleos de sedimentos marinos mediante análisis de regresión, con un error de ±13 m indicado por líneas grises delgadas. Los símbolos × representan costas datadas individualmente de Australia, Nueva Guinea, la plataforma de la Sonda, el golfo de Bonaparte, y Barbados. (b) Tasa de variación del nivel del mar (mm/año) y flujo equivalente de agua dulce (Sv, donde 1 Sv = 1000.000 m³ /segundo = 31 500 Gt/año) derivada del registro del nivel del mar en (a). Las barras horizontales grises representan las tasas promedio de variación del nivel del mar durante el siglo XX (barra inferior) y proyectadas para finales del siglo XXI (barra superior).


Un método adicional para limitar los cambios del nivel del mar en el pasado se basa en el cambio en la proporción de O18 a O16 del agua de mar  que ocurre a medida que el isótopo más ligero se elimina y almacena preferentemente en las capas de hielo en crecimiento (y viceversa). Estos cambios se registran en los fósiles de carbonato de organismos marinos microscópicos (foraminíferos) y proporcionan una serie temporal casi continua de cambios en el volumen de hielo y el nivel del mar eustático correspondiente. Sin embargo, dado que los cambios de temperatura también afectan a los foraminíferos a través del fraccionamiento dependiente de la temperatura durante la precipitación de calcita, la señal en los registros marinos refleja una combinación de volumen de hielo y temperatura. La Figura 1 muestra un intento de aislar el componente de volumen de hielo en el registro marino. Si bien, en un primer orden, este registro concuerda bien con las estimaciones independientes del nivel del mar eustático, este enfoque no logra capturar algunos de los cambios abruptos en el nivel del mar documentados por la evidencia paleolitoral, lo que sugiere que los grandes cambios en la temperatura del océano podrían no ser capturados con precisión en estos momentos.


Cambios del nivel del mar en el pasado

El registro de los cambios pasados en el volumen de hielo proporciona información importante sobre la respuesta de las grandes capas de hielo al cambio climático. Las mejores evaluaciones provienen del último ciclo glacial (hace 120.000 años hasta la actualidad), cuando los datos paleolitorales proporcionan una evidencia razonablemente bien restringida de los cambios en el nivel del mar eustático (Fig. 1). Los cambios en el volumen de hielo durante este intervalo fueron regulados por los cambios en la órbita terrestre alrededor del sol.  


El papel de C02

Cuando las concentraciones atmosféricas de CO₂ se encontraban dentro del rango de las proyecciones para finales del siglo XXI (entre 547 ppm y 1135 ppm, valor medio de 700 ppm) . El momento más reciente en el que no existía hielo permanente en el planeta (nivel del mar = +73 m) ocurrió hace >35 millones de años, cuando el CO2 atmosférico era de 1250 ± 250 ppm. A principios del Oligoceno (hace ~32 millones de años), el CO2 atmosférico disminuyó a 500 ± 50 ppm, lo que estuvo acompañado por el primer crecimiento de hielo permanente en el continente antártico, con una disminución concomitante del nivel eustático del mar de 45 ± 5 m. El hecho de que las proyecciones del nivel del mar para finales del siglo XXI  estén muy por debajo de las sugeridas por esta relación refleja el largo tiempo de respuesta de las capas de hielo al cambio climático. Con el tiempo suficiente en que los niveles atmosféricos de CO2 sean elevados, el nivel del mar seguirá aumentando a medida que las capas de hielo sigan perdiendo masa. Durante el último período interglaciar (LIG), desde hace unos 13.000 años hasta al menos 116.000 años, los niveles de CO2 fueron similares a los de la era preindustrial, pero las grandes anomalías positivas en la radiación solar de principios de verano, impulsadas por cambios orbitales, provocaron que las temperaturas estivales del Ártico fueran más cálidas que las actuales. Los corales en costas tectónicamente estables indican que el nivel del mar durante el LIG fue de 4 a 6 m superior al actual (Fig. 1). Los registros de núcleos de hielo  y los modelos indican que gran parte de este aumento se originó por una reducción del tamaño de la capa de hielo de Groenlandia, aunque también podría requerirse cierta contribución de la capa de hielo antártica.


 

asas de balance de masa promedio pentadal (periodo de 5 años) de los glaciares y casquetes polares del mundo

Figura 2. Tasas de balance de masa promedio pentadal (periodo de 5 años) de los glaciares y casquetes polares del mundo, excluyendo Groenlandia y la Antártida, durante el último medio siglo. El balance de masa específico (eje izquierdo) se convierte en balance total y en equivalente a nivel del mar (eje derecho). C05a: media aritmética de todas las mediciones anuales dentro de cada lustro, con la envolvente de confianza sombreada en gris y el número de mediciones indicado en la parte superior del gráfico. C05i, DM05, O04: series corregidas espacialmente obtenidas de forma independiente. MB: media aritmética de C05i, DM05 y O04, con la envolvente de confianza sombreada en rojo. Las estimaciones están incompletas para el lustro más reciente. 

En el último máximo glacial, hace unos 21.000 años, el volumen y la superficie del hielo eran aproximadamente 2,5 veces superiores a los actuales, y la mayor parte del aumento se produjo en el hemisferio norte. La desglaciación fue forzada por el calentamiento provocado por los cambios en los parámetros orbitales de la Tierra, el aumento de las concentraciones de gases de efecto invernadero y las retroalimentaciones consecuentes. El registro del aumento del nivel del mar durante la deglaciación está particularmente bien delimitado por la evidencia paleolitoral (Fig. 2). El aumento del nivel del mar durante la deglaciación promedió entre 10 y 20 mm anuales, o al menos cinco veces más rápido que la tasa promedio de los últimos 100 años (Fig. 1), pero con variaciones que incluyen dos episodios extraordinarios ocurridos hace 19.000 años antes del presente  y 14.500 años antes del presente

Cambio climático disruptivo

Cuando las tasas máximas potencialmente superaron los 50 mm/año (fig. 2), o cinco veces más rápido que las proyecciones para finales de este siglo. Cada uno de estos "pulsos de agua de deshielo" añadió el equivalente a entre 1,5 y 3 capas de hielo de Groenlandia (~7 m) a los océanos durante un período de uno a cinco siglos, lo que demuestra claramente el potencial de las capas de hielo para causar cambios rápidos y profundos en el nivel del mar. Un tercer pulso de agua de deshielo pudo haber ocurrido hace unos 11.700 años, pero la evidencia de este evento es menos clara. Análisis recientes indican que el evento anterior de 19.000 años se originó a partir del hielo del hemisferio norte  El aumento del nivel del mar de ~20 m hace ~14.500 años, comúnmente conocido como pulso de agua de deshielo (MWP) 1A, indica un episodio extraordinario de colapso de la capa de hielo, con un flujo asociado de agua dulce al océano de ~0,5 sverdrup (Sv) a lo largo de varios cientos de años. Sin embargo, el momento, la fuente y el efecto climático del MWP-1A siguen siendo ampliamente debatidos. En un escenario, el evento fue desencadenado por un calentamiento abrupto (inicio del intervalo cálido de Bøllingen la región del Atlántico Norte, lo que provocó el derretimiento generalizado de las capas de hielo del hemisferio norte. En otro escenario, el MWP-1A se originó principalmente en la capa de hielo antártica, posiblemente como respuesta al calentamiento de aproximadamente 3.500 años en el hemisferio sur que precedió al evento. Aunque aún no se ha establecido la causa de estos eventos, su ocurrencia tras el calentamiento hemisférico podría implicar procesos dinámicos a corto plazo activados por dicho calentamiento, similares a los que se están identificando actualmente en Groenlandia y la Antártida.

Sin embargo, la evidencia directa de los registros geológicos terrestres de un escenario frente al otro sigue sin ser concluyente. Registros terrestres bien datados de la desglaciación de las capas de hielo del hemisferio norte, que en gran medida limitan los cambios solo en el área, no muestran una aceleración del retroceso del margen de hielo en ese momento, lo que lleva a algunos a concluir que el evento se produjo principalmente por la deflación de la capa de hielo con escasa respuesta del margen. El registro de la desglaciación de la capa de hielo antártica es menos preciso, y la evidencia disponible presenta resultados contradictorios, desde una contribución nula, pasando por una pequeña contribución, hasta una contribución dominante. Los grandes flujos de agua dulce que estos eventos representan también subrayan la importancia de las rápidas pérdidas de hielo para el sistema climático a través de sus efectos en la circulación oceánica. Un componente importante de la circulación termohalina oceánica implica la formación de aguas profundas en sitios del Océano Atlántico Norte y alrededor del continente Antártico, en particular los Mares de Weddell y Ross. La velocidad a la que se produce esta circulación termohalina impulsada por la densidad es sensible a los flujos superficiales de calor y agua dulce. Los ascensos eustáticos asociados con los dos pulsos de agua de deshielo deglacial corresponden a flujos de agua dulce ≥ 0,25 Sv, lo que, según los modelos climáticos, induciría un gran cambio en la circulación termohalina 

Conclusiones

A la vista de los paleodatos de los deshielos masivos de la última glaciación, las consecuencias más probables son; que el nivel del mar continuará aumentando durante siglos hasta alcanzar un nivel de varias decenas de metros respecto al nivel actual debido al derretimiento de los casquetes polares aunque estos no contienen ya la masa suficiente como para provocar disrupciones de la corriente termohalina o cambios climáticos tan bruscos como los producidos durante los eventos Dansgaard-Oeschger aunque sí podrían causar eventos similares de menor entidad. En un próximo post hablaré de los posible efectos del derretimiento antártico sobre la corriente circumpolar antártica.